lunes, 13 de diciembre de 2010

EL MORADOR DE LA MORGUE




Campamento “Cristal Lake” (Lago de Cristal).

Era alrededor de la década de los 60 cuando este campamento, situado en Estados Unidos, gozaba de una gran popularidad. Todos los veranos se llenaba de niños, esperando pasar las mejores vacaciones de sus vidas. Pamela Voorhees era la cocinera del campamento. Ella tenía un hijo, Jason, que acusaba una deformidad en la cara y ciertos desórdenes mentales.

La sra. Voorhees dejaba a su hijo al cuidado de los monitores del campamento. Con frecuencia, el resto de niños se mofaban del pobre diablo, el cuál desarrolló una personalidad reservada; no hablaba con nadie, ni apenas se relacionaba. Como el niño que era, Jason envidiaba a los demás, ya que a él no le permitían participar en los juegos acuáticos que se realizaban en el lago situado en el campamento. Les oía chapotear, reír…la envidia le recorría. Jason no sabía nadar.

Una mañana, Jason escapó hacia el lago. Los monitores no se percataron, no estaban atentos. Jason se lanzó al agua… y se ahogó. La sra. Voorhees, se vengó de todos y cada uno de ellos. Todos pagarían, culpables o no, la muerte de su pequeño. Acabó con los monitores, asesinándolos uno a uno…menos a la última de ellas, que la hizo frente, y decapitó a Pamela con un machete de caza. Pero Jason no estaba muerto y ahora es él quien se encarga de asesinar a todo aquél que se acerca a sus dominios, con sólo una obsesión: vengar a su madre.


Texas, EEUU. Años 70.

Cinco jóvenes salen en una camioneta de excursión a visitar una casa abandonada, propiedad familiar de dos de ellos. Lo que no sabían es que en otra casa cercana, habitaba una familia de caníbales. Esta familia se dedicaba a la carne, eran “matarifes”. Eran los encargados de sacrificar al ganado de la zona. Lo que nadie podía imaginar es que también asesinaban a los que pasaban por allí, y los trataban como si de animales fueran: les torturaban, les colgaban de ganchos y les dejaban desangrarse lentamente… para beberse su sangre, y posteriormente alimentarse de su carne.

Un miembro de tal despiadada familia era el más impactante. Le llamaban “Leatherface” (cara de cuero). Se ganó ese pseudónimo por la costumbre que tenía de arrancar, literalmente, la piel de los rostros de sus víctimas, y utilizarlas en su propia cara a modo de máscara. Utilizaba un martillo y sobre todo su motosierra para descuartizar a sus víctimas.

Necesitaba a uno de esos dos asesinos para mi Caserón. Pero no sabía por cuál decidirme; ambos eran perfectos, dos máquinas de matar. Así que no lo pensé más veces, y realicé un experimento para tener un asesino que sería mezcla de ellos dos… Jason Voorhees y Leatherface.

Alguien se tenía que ocupar de la carne… la carne…. la carne de nuestros entrometidos visitantes….

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